Psicoanálisis
El concepto de «psicoanálisis» designa, por una parte, aquel
modelo teórico descriptivo y explicativo de los mecanismos, procesos y
fenómenos implicados en la vida anímica humana. Este modelo se basó
inicialmente en la experiencia de Sigmund Freud en el tratamiento clínico de
pacientes que presentan neurosis, fobias y diversos padecimientos psíquicos y
ha tenido un amplio desarrollo teórico posterior con el aporte de muchos
teóricos del psicoanálisis.
Tópica
"Teoría o punto de vista que supone una diferenciación
del aparato psíquico en cierto número de sistemas dotados de características o
funciones diferentes y dispuestos en un determinado orden entre sí, lo que
permite considerarlos metafóricamente como lugares psíquicos de los que es posible
dar una representación espacial figurada.
1° Tópica
Consciente es un término utilizado por Sigmund Freud, como
adjetivo para calificar un estado psíquico, o bien como sustantivo, para
indicar la localización de ciertos procesos constitutivos del funcionamiento
del aparato psíquico. Lo consciente designa al conjunto de vivencias de las que
el sujeto puede dar cuenta mediante un acto de percepción interna. Es común
indicar que para el psicoanálisis lo consciente designa la capa más superficial
de la mente poniendo el acento en el valor que tiene el inconsciente en la vida
del sujeto, en particular en todo lo relativo a la esfera del sentimiento y la
motivación. Sea que se trate del adjetivo o del sustantivo, Freud utiliza a
menudo el término consciente como sinónimo de conciencia, salvo cuando se trata
de la "conciencia moral"
(proceso psíquico relacionado con la constitución del ideal del yo y del superyó).
Preconsciente es un
concepto definido por Sigmund Freud para designar un sistema
del aparato psíquico intermedio entre los otros dos sistemas (inconsciente y consciente). El conjunto
de los tres sistemas conforma su primer modelo topográfico de la psiquis. Con
este término, Freud quiso designar un área no consciente del psiquismo humano
que debe diferenciase en sentido estricto del sistema inconsciente.
Inconsciente se
utiliza como adjetivo para calificar el conjunto de comportamientos que un
sujeto desarrolla inadvertidamente, es decir, sin darse cuenta, y que, en
general, no dependen de su voluntad. También se puede emplear para describir,
con una connotación peyorativa, a una persona irresponsable o desconsiderada en
grado sumo, y que lleva a cabo acciones dañosas o peligrosas sin tener en
cuenta las consecuencias ni los riesgos.
2° Tópica
El ello: Su contenido es inconsciente y consiste
fundamentalmente en la expresión psíquica de las pulsiones y deseos. Está en
conflicto con el Yo y el Superyó, instancias que en la teoría de Freud se han escindido
posteriormente de él.
El yo: Instancia psíquica actuante y que aparece
como mediadora entre las otras dos. Intenta conciliar las exigencias normativas
y punitivas del Superyó, como asimismo las demandas de la realidad con los
intereses del Ello por satisfacer deseos inconscientes. Es la instancia encargada
de desarrollar mecanismos que permitan obtener el mayor placer posible, pero
dentro de los marcos que la realidad permita. Es además la entidad psíquica
encargada de la defensa, siendo gran parte de su contenido inconsciente.
El superyó: Instancia moral, enjuiciadora de la
actividad yoica. El Superyó es para Freud una instancia que surge como
resultado de la resolución del complejo de Edipo y constituye la
internalización de las normas, reglas y prohibiciones parentales.
Mecanismos
de defensa son estrategias
psicológicas inconscientes puestas en juego por
diversas entidades para hacer frente a la realidad y mantener la autoimagen. Las personas
sanas normalmente utilizan diferentes defensas a lo largo de la vida.
La represión es un concepto central del psicoanálisis que designa el mecanismo o
proceso psíquico del cual se sirve un sujeto para rechazar representaciones,
ideas, pensamientos, recuerdos o deseos y mantenerlos en el inconsciente. De acuerdo
con la teoría de Sigmund Freud, los
contenidos rechazados, lejos de ser destruidos u olvidados definitivamente por
la represión, al hallarse ligados a la pulsión mantienen su efectividad
psíquica desde el inconsciente.
Condensación hace
referencia según Sigmund Freud, y dentro del
contexto psicoanalítico, a «uno de
los modos esenciales de funcionamiento de los procesos inconscientes: una
representación única representa por sí sola varias cadenas asociativas, en la
intersección de las cuales se encuentra. Desde el punto de vista económico se
encuentra caracterizada de energías que, unidas a estas diferentes cadenas, se
suman sobre ella.
El desplazamiento es un mecanismo de defensa inconsciente en que la mente redirige
algunas emociones de un objeto y/o representación psíquica que se percibe como
peligroso o inaceptable, a uno aceptable.
El desarrollo libidinal
El psicoanálisis emplea el término pulsión (impulso que
tiende a la consecución de un fin) para el estudio del comportamiento humano.
Se denomina pulsión a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas en el
ser humano, y las necesidades del ello; en este sentido las pulsiones se ubican
entre el nivel somático y el nivel psíquico.
La pulsión es un impulso que se inicia con una excitación
corporal (estado de tensión), y cuya finalidad última es precisamente la
supresión de dicha tensión.
Hay dos tipos de pulsiones, la pulsión sexual o de vida
(Eros) y la pulsión de muerte (Thánatos La libido es la energía pulsional.
Desarrollo sexual
infantil
La teoría plantea que conforme crecen los niños su deseo se
enfoca en diferentes áreas del cuerpo, en los que se busca la satisfacción
libidinal. Siguiendo una secuencia de etapas psicosexuales en las que son
importantes diferentes zonas erógenas, los niños pasan del autoerotismo a la
sexualidad reproductora y desarrollan sus personalidades adultas:
Fase oral (desde
el nacimiento hasta los 12 ó 18 meses): la boca es la zona erógena preeminente
y procura al bebé no sólo la satisfacción de alimentarse, sino, sobre todo, el
placer de chupar. Es decir, de poner en movimiento los labios, la lengua y el
paladar en una alternancia rítmica.
Fase anal (12-18
meses hasta 3 años): en esta época la fuente principal de placer y conflicto
potencial son las actividades en las que interviene el ano. Con frecuencia
representa el primer intento del niño por convertir una actividad involuntaria
en voluntaria. Los niños pueden experimentar dolor o placer ya sea al retener o
al expulsar sus desechos fisiológicos. Debemos separar aquí el placer orgánico
de defecar, aliviando una necesidad corporal, del placer sexual consistente en
retener las heces y los gases para después expulsarlos bruscamente.
Fase fálica (3 a
6 años): el órgano sexual masculino desempeña un papel dominante. En esta fase,
las caricias masturbadoras y los tocamientos ritmados de las partes genitales
proveen al niño un placer auto erótico. Freud considera que el clítoris es
considerado por la niña como una forma de falo inferior. Al comienzo de la fase
fálica, los niños/as creen que todas las personas poseen falo y la diferencia
entre tener o no falo se percibe como una oposición por castración. Cada uno
toma rumbo diferente al entrar en lo que Freud denomina Edipo, o complejo de
Edipo, en el cual primero se da una identificación con la madre en ambos casos.
Período de latencia
(desde los seis años hasta la pubertad): en este período se desarrollan fuerzas
psíquicas que inhiben el impulso sexual y reducen su dirección. Los impulsos
sexuales inaceptables son canalizados a niveles de actividad más aceptados por
la cultura. Freud lo llamaba «período de calma sexual». No lo consideraba una
etapa, ya que no surgía nada dramáticamente nuevo.
Fase genital
(desde la pubertad hasta la adultez): surge en la adolescencia cuando maduran
los órganos genitales. Hay un surgimiento de los deseos sexuales y agresivos.
El impulso sexual, el cual antes era autoerótico, se busca satisfacer a partir
de una interacción genuina con los demás. Freud creía que los individuos
maduros buscan satisfacer sus impulsos sexuales sobre todo por la actividad
genital reproductora con miembros del sexo opuesto.
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